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Para no saber

Sinopsis del producto

Una tarde, como todas, el miedo espera el colectivo. Tiene huella y nombre de privilegio para viajar en auto o, incluso, en avión. Aunque prefiere mezclarse con “los infiernos del azar en silencio/ la lluvia/ tu voz animal”, elige bajar “toda la boca/ lengua/ moja toda” entre los esfuerzos del laburante, tiznar el vientre que “despeja su sombra/ y abierto espera”, recordarles a los pies descalzos, a las cabezas mal cosidas por los tumbos del tiempo, que el saber sí ocupa lugar. Y, por supuesto, el jefe de la ocupación es el mismísimo miedo, mal camuflado esta vez en forma de amenaza: “baila sombra /(…) el hombre coge la noche”. Pero, entre las ruinas de la conquista, donde un ejército de “come cuerpos” pisotea “un dedo roto/ y otro”, donde rondan las moscas y se anudan los escalones, donde la marcha está hundida aunque los zapatos avancen, despunta una afirmación de la existencia. Primero, con un fuerte “no”. Entonces, se agita el reloj, se desordena la monotonía del crepúsculo, sobre las sombras hormiguea un despabilarse de heridas y malos viajes. Por si esto fuera poco, en medio del tumulto discreto de los detalles, “la mirada flor vuelve su locura sin agua en las montañas, sabe, por la mañana será fuga de corolas”. Sabe, para no saber miedo. Sabe que “si en lugar de flores te muerde los ojos”, se pulverizará la mirada de los invasores, habrá una turba de no saberes en la soberbia de los cuarteles. Y, por fin, la tarde curvará su curso hacia otra dirección del verbo. En esa voz incipiente, se oye el reclamo: que hablar sea desmorir el silencio, que hablar sea “la noche del piano” regresada, “la fruta abierta”, la “hija de un árbol que no nació”, ancha al dar a luz un bosque entero. Que hablar sea hacer pie a deshora, cruzar el puente de la cicatriz y refundar la piel. Mientras tanto y del otro lado, el miedo aún espera el colectivo. No sabe, el muy prepotente, que ha se desalojado de hiel la palabra, que el poema siempre niega el pasaje a los crueles ocupantes. Gabriela Stoppelman

9789878967233

Diestro, Anne

poesía, miradas, silencio, oscuridad, muerte, cuerpos, tacto

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Una tarde, como todas, el miedo espera el colectivo. Tiene huella y nombre de privilegio para viajar en auto o, incluso, en avión. Aunque prefiere mezclarse con “los infiernos del azar en silencio/ la lluvia/ tu voz animal”, elige bajar “toda la boca/ lengua/ moja toda” entre los esfuerzos del laburante, tiznar el vientre que “despeja su sombra/ y abierto espera”, recordarles a los pies descalzos, a las cabezas mal cosidas por los tumbos del tiempo, que el saber sí ocupa lugar. Y, por supuesto, el jefe de la ocupación es el mismísimo miedo, mal camuflado esta vez en forma de amenaza: “baila sombra /(…) el hombre coge la noche”. Pero, entre las ruinas de la conquista, donde un ejército de “come cuerpos” pisotea “un dedo roto/ y otro”, donde rondan las moscas y se anudan los escalones, donde la marcha está hundida aunque los zapatos avancen, despunta una afirmación de la existencia. Primero, con un fuerte “no”. Entonces, se agita el reloj, se desordena la monotonía del crepúsculo, sobre las sombras hormiguea un despabilarse de heridas y malos viajes. Por si esto fuera poco, en medio del tumulto discreto de los detalles, “la mirada flor vuelve su locura sin agua en las montañas, sabe, por la mañana será fuga de corolas”. Sabe, para no saber miedo. Sabe que “si en lugar de flores te muerde los ojos”, se pulverizará la mirada de los invasores, habrá una turba de no saberes en la soberbia de los cuarteles. Y, por fin, la tarde curvará su curso hacia otra dirección del verbo. En esa voz incipiente, se oye el reclamo: que hablar sea desmorir el silencio, que hablar sea “la noche del piano” regresada, “la fruta abierta”, la “hija de un árbol que no nació”, ancha al dar a luz un bosque entero. Que hablar sea hacer pie a deshora, cruzar el puente de la cicatriz y refundar la piel. Mientras tanto y del otro lado, el miedo aún espera el colectivo. No sabe, el muy prepotente, que ha se desalojado de hiel la palabra, que el poema siempre niega el pasaje a los crueles ocupantes. Gabriela Stoppelman

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Especificaciones

Tapa blanda o Bolsillo
Argentina
Español / Castellano
Producto a la venta formado por un único componente
04/04/2023
140mm X 200mm X 3.18mm
ISBN 9789878967233

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